En el distante sur donde tu ausencia
duele
a sangre brotando enardecida,
y en ese cementerio mi fractura
se vuelve más y más impredecible.
Allí , en ese lugar en que soy tierra
y me crezco
como gigante erguido
en busca de tu boca ,ahora encallada,
abro de par en par ambos pulmones
y exhalo el contenido que aun aguarda,
tenaz tras su celada en descubierta.
Tú te agitas al roce de mi aliento
con
crespones de piel color de luna
y
acaricia mi lava tus penachos
rizándose al envite.
Yo vengo de una tierra que me abrasa,
me empuja, me maldice y me comprime
y no habré ha de pararme hasta ser fumarola
en tu eterna pleamar adolescente.
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