jueves, 19 de enero de 2012

El viento


El viento, el viento y la memoria
giraban abrazados
sobre zancos de hielo.
En el confín de un sueño
echaron sus redes,
con precisión, los sabios
pero nadie de entre los peces
quiso hacerse a la mar.
La realidad se incomodó
tras el llanto de los débiles.
Cuando no lo esperaba
una gota se acurrucó
en mi rostro y me dijo:
No temáis, él arrasará
el veneno sutil
que os devora las branquias
y reinará después
entre dos calendarios.
Honradle pues nunca os abandonó.

Respira hondo, si es que estás vivo,
hoy aún lo permiten.

1 comentario:

carmen fabre dijo...

Respira hondo de vez en cuando; te sirve para darte cuenta de que , a pesar de todo y de todos, sigues vivo y sintiendo ese aire entrar se te ensancha el sentimiento y se airea la emoción.. abrid las ventanas alveolos..