martes, 20 de diciembre de 2011

Me sorprendió el silencio


Me sorprendió el silencio
de tu mano,
emergiendo del fuego
en mis entrañas,
sin el rubor doliente
de la sangre.
Me sorprendió la calma
del naufragio,
en la certeza gris
de la noche más turbia,
cuando aullaban los peces
acorralando al lobo
y la manta tiraba
de si misma,
dejando al descubierto
cristales imposibles
con el filo curvado
de un alfanje.
Por qué mentiste entonces,
cuando hubiera servido
un mensaje sin texto
desde el ángulo ajeno
de las cosas.
Y tu ya lo sabías, dolor,
y tu ya lo sabías.

1 comentario:

carmen fabre dijo...

Me sorprendes siempre.. gracias.