lunes, 30 de enero de 2012

Prelación



Me dispuse a firmar con rutinaria atención los documentos que el pasante había colocado sobre la mesa de mi despacho. “Buenos días a todos. Antonio ¿ está preparado el poder de Urquiola ?”Cogí un taxi. Cuando cruzaba el portal eran las nueve. Me preparé un Nespresso. Aparte de Yvone, entregada a sus tareas, no quedaba nadie en casa. Salí de la ducha y escuché los mensajes. La alarma de mi Blackberry me despertó con un leve sobresalto. El orden es la represión castradora de la creación…fue lo último que leí antes de caer dormido.

1 comentario:

carmen fabre dijo...

Quizás cuando dejemos entrar en ella la improvisación, cuando introduzcamos la entropía..

Un abrazo