sábado, 25 de febrero de 2012

La soledad del algoritmo


En el jardín
los gatos devanan
un ovillo de niebla.
Dentro es de noche,
y nadie hay capaz
de escribir lo contrario.

Puedo sentir el hueco
que horadaste
en mis horas de lluvia,
el desdén de los pájaros
y el orden agobiante
de las cruces de Arlington.

Tal vez llegaré a tiempo
antes de renunciar
al síntoma inequívoco del ansia.
Tal vez o tal vez no,
tus labios sean esquivos,
tu cabello un final,
tu misma, irrealidad
tu misma, un sueño.

1 comentario:

carmen fabre dijo...

Gracias por compartir.. un beso, Es precioso..