martes, 7 de febrero de 2012

A Antoni Tàpies


Ni una palabra más
se asomará a mis labios
mientras perdure el luto
de los lienzos.
No haré excepciones.
Empuñaré el fusil del homenaje,
calados los volúmenes,
por munición sus manos.
Vaciaré el cargador del arco iris
en el negro rotundo,
en la arpillera,
en el blanco sutil y terracota.
Su talento de arena
me infunde este valor.
Asaltaré los nidos de la muerte
a pecho descubierto,
pues nada he de perder,
tan solo el miedo.

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