domingo, 9 de enero de 2011

Enigma


La policía científica concluyó que no se había encontrado ningún indicio. La botella de cerveza Alhambra especial apareció vacía sobre la negra arena de la playa del Palo frente al Tintero. A su lado el cadaver de un hombre con un extraño rictus, una mueca como la sonrisa de los muertos por congelación. Evidentemente no era este el caso. El inspector Villalta cogió la botella por el cuello y la interpuso entre el sol y su ojo. Fue entonces cuando se aclaró todo. Aquella misma noche, ella, la luz, fue puesta en libertad sin cargos.

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