
M
El, como cada domingo, se permitió todos sus vicios que empezaban por “m”: madrugar hasta rozar el trasnoche, ingerir montañas de mantequilla salada en pan de maiz, ¿ interpretar ? música del barroco alemán con su flauta dulce de ocho orificios, marca Moeck, modelo Konzert,con la que acuchillaba el absoluto silencio del amanecer y así un largo, larguísimo etcétera.
Ella apareció envuelta en su bata de raso negra, los ojos vidriosos y congestionados, el cabello en completo desorden y una preciosa Browning cromada en su mano derecha con la que le descerrajó dos tiros en la frente.
El periódico decía: “Melómano muere a manos de mujer maltratada “. De nuevo la maldita ”m “.
1 comentario:
Señor de Montesinos tiene ud el extensisimo don de la concision.
pedro
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