sábado, 27 de junio de 2015

Hoy, memoria es todo lo que puedo ofrecerte y ella es demasiado vieja, demasiado débil para albergar odio alguno. No hay resentimiento en la poesía porque la poesía ignora el rencor. Es demasiado joven, demasiado niña para la necedad de la venganza, para el estigma de la traición, para la ceguera reptante de la infamia. Hoy, memoria es todo lo que tengo para ti y ni siquiera recuerdo si es cierta, pero te abro de par en par las puertas de mi olvido. Dejaré que tu abrazo vulnere las razones del llanto. Ven.

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