domingo, 11 de enero de 2015

Libertad a ti te llamo




Me contorsiono
y trato de librarme
de la inquietante herrumbre
que me ahoga

 Recuerdos no vividos,
de hechos que no ocurrieron,
se asoman fugazmente
al  abismo de la ficción
hallada entre los lápices.

Eres tú,
me dice mi otro yo
y no puedo creerle,

Es lo mismo que dijo
aquella vez,
cuando intentó
beberse mi conciencia
a escasos metros
de sus propios demonios.

Mas no es tiempo
de ingenuidades,
no es tiempo de discursos
ni es tiempo de escuchar
virginales relatos
de vidas piadosas.

La libertad nunca pide permiso.
Alcemos nuestras voces
hasta acallar el trueno.
Es momento de ser el grito unánime,
la indignación, la mano firme
que estremezca
el perverso argumento
de la insidia.


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