sábado, 9 de febrero de 2013

Disculpad la tardanza

Disculpadme , os lo ruego. Nunca hubiera pensado que mi ombligo era tan grande y que me llevaría tanto tiempo recorrerlo con la mirada. Es posible también que me haya quedado profundamente dormido durante la minuciosa observación de mi yo, seguramente era poco interesante la empresa. En cualquier caso no hay más excusas, os debo y me debo un tiempo que no dejaré sea paasto de la apatía.

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