
No te calló el viento,
no te calló la lluvia
ni el rayo en su fiereza.
Tu maga vara blanca
ha echado en ti raíces
que horadan otros mares,
tu Atlántida interior
y mi silencio.
Mujer fuente de luz,
morada de tus ángeles,
el fuego irracional
no te detuvo.
En mi realidad / sueño
tu risa iba saltando
de un hemisferio al otro.
La fecundada nieve
que exudan las estrellas
impregnaba los prados
de pétalos nocturnos.
Hoy volverás aquí,
a tu sitio de siempre.
Un vuelo de gaviotas
anuncia tu llegada.
1 comentario:
Tierno y emotivo, creo que está muy bien plasmado. Bss,
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