A Alejandro Torres
“ No hay extensión más grande
que mi herida ”
Miguel Hernández
esa maldita bala
de
trayectoria errónea,
entre
el fuego cruzado del destino.
Dicen
que estaría escrito,
pero
allí, entre mis brazos lívidos,
no
había ningún profeta.
Tan
solo brotaba a borbotones
tu
coraje.
Quisiste
avanzar
hacia
otros siempres,
de
luces estancadas
entre
verbos de plata,
más
allá del valor
del que
adolece
la
injusta circunstancia
de tu
presente hostil
erizado
de noches.
No hay extensión más grande que mi herida
tan
solo tu esperanza
sin
obviar ni un instante
el
rictus del desgarro,
tu
humanidad inmensa,
que a
pesar de las sombras
conviertes
en castillo
de
torres bien esbeltas
donde
estamos a salvo,
pues
nada en ti hay ajeno
a la
estrella polar
donde
ordeno mis pasos.
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