Porque
sin ser he sido
viento
en pos del océano,
pluma
de león alado
que
ruge a su albedrío,
dilema
irresoluble
entre
el miedo y la furia
que
aplazó sine die
un llanto
de cariátides.
Porque
sin ser he sido
fuego
entre tus elipsis,
crepúsculo
que alumbra
el
argumento inverso
de tus
manos de plata.
Porque
sin ser he sido
la tierra que fue vientre,
retablo,
alegoría,
el alma
que me habita
y un
día
será
sepulcro.
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