Desde aquí, en la otra orilla,
donde no habrá confines
ni juegos de palabras,
partirá mi viaje.
Consignaré el destino
en tules de ceniza
y un dardo de alas fuertes
me llevará hasta el límite
de tus labios escépticos.
Llegaré antes que el sol
a tu pecho de arena
y avivaré el rescoldo
en el mismo lugar
donde el tiempo paró
a esperar otro tiempo.
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