martes, 28 de octubre de 2008
Un relato brevérrimo
EL PROFESIONAL
Había estado esperando mucho tiempo. Llegué a temer que no pudiera ejecutar el trabajo, pero ahora , ya si , le tenía perfectamente centrado en la mira del teleobjetivo. Me gustaba esta situación de jugar con ventaja. Yo podía ver su rostro y él jamás atisbaría siquiera el mío. En cada uno de sus mínimos gestos , parecían interpretarse las razones de su inquietud durante el acto.
Los entorchados y cordones dorados de su guerrera , relucían como un reclamo visual perfecto. Era imposible fallar. Durante un instante , insuficiente para cuestionarme nada, sentí el mismo regusto amargo , ya monótono , de siempre.
Pero no me tembló el pulso. Llevé el dedo al disparador y suavemente lo accioné.
Cuatro días después acudí a la cita en el lugar convenido. La madre quedó muy satisfecha de lo “guapísimo que había sacado al niño en este día tan importante para él y para nosotros “.
Volví a contar el dinero mientras esperaba el ascensor.
Paco Montesinos, 16 de septiembre de 2008
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1 comentario:
jejejej. Muy bueno e intrigante hasta el final.
besos
je
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