jueves, 25 de septiembre de 2014

Otoño a 23 de Septiembre de 2014











Cuando os vea, una vez más, ya será otoño.
Los  bosques,
si aún queda alguno,
perderán la inocencia
y su verde espectral
acabará por colmar
la paciencia del vaso
y la piel del agua
temblará con la nube.                                          
Quedarán los bosques alopécicos,
de pie en los amarillos.
Mudarán la camisa
anegando la sed
de oropeles y fastos.      
Los suelos del otoño
son la bandera blanca
teñida, savia, sangre
de los que no se rinden.
Caduca la hoja yace
enterrada en la lluvia venida de otras lluvias.
Vanidad es creer  que podemos cambiar
al menos una nota de  esta pieza magnífica,
inmutable y soberbia que nos ha precedido
¡ Cuan absurdo 
 el litigio del hombre con los dioses !




lunes, 15 de septiembre de 2014

Nada nadando en nada



Escribo con el convencimiento
de que lo que yo diga no interesa a nadie,
pero esto no deja de ser una excusa, un subterfugio
para no hacerlo.
Acabo de sucumbir al sueño
encima del teclado.
Me ha despertado un repentino sobresalto,
he ledo lo escrito por mi mientras dormía
y no es peor que otras cosas. Dice así :
mmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmnmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmm.
El guiño al lector consiste en encontrar la única n dentro de la serie onírico reiterativa de m,  la anormalidad perifrástca dentro de la coherencia formal del texto.

viernes, 12 de septiembre de 2014

Nunca subiré al cielo








Nunca subiré al cielo,
no quiero estornudar
y ser yo quien arruine
la irrepetible huella de Neil Armstrong.
Además sufro escafandrofobia
tendría que ascender a pelo
y soy muy mesetario para eso.
No, no voy a subir,
tengo miedo de espantar a las galaxias
y que el big bang se invierta
y el futuro se encasquille
como un winchester de feria
y me da apuro.
No, no me esperéis vivos,
tardaré el antitiempo
y creo que  aún no existe.
Liberadme de los tributos del alma,
con eso es suficiente.
Solo soy nanopartícula
de un  poeta escaso y desde luego muerto.
Repartíos el botín a mi salud,
ya no hay consuelo
y yo sigo enganchado
al explícito perfume del asfalto