sábado, 9 de febrero de 2013

Te juzgué

Te juzgué por defecto
en la extraña medida
en que fuiste mi luz,
a un paso de gigante
de quien ya no era yo.

Solo algunas metástasis
mantenían encendido
el rito y la liturgia,
mas no renuncié a ti
desde ese infierno.

Las noches se acortaban
y las últimas nieves
sepultaron de gris mi calavera,
me quedaba aún el tiempo
de no jugarme el tuyo.

Despiértame con dardos
y caricias de agua
pues me aburre la muerte
tanto como la ausencia
más breve de tus labios.

Regresarán los versos y los besos
al trono del arcángel,
esa es mi parte.
Tu,escribe otro final para el Parnaso.

Disculpad la tardanza

Disculpadme , os lo ruego. Nunca hubiera pensado que mi ombligo era tan grande y que me llevaría tanto tiempo recorrerlo con la mirada. Es posible también que me haya quedado profundamente dormido durante la minuciosa observación de mi yo, seguramente era poco interesante la empresa. En cualquier caso no hay más excusas, os debo y me debo un tiempo que no dejaré sea paasto de la apatía.