domingo, 10 de junio de 2012

Tu mano

Tu mano fría, perfectamente sola entre mis dedos incapaces de darte una respuesta. Tu mano se aferraba a la única verdad, al tiempo de la espera, lo demás era obvio. Tu mano como boca, garganta entre dos almas. Tu mano ya tan débil gris y desdibujada se alejó de la mia. Imaginé un rictus de extraña quietud y no acerté a llorar en tu ausente presencia