Me sorprende, dimana de mi ser de espaldas a la tarde, la ciclópea figura de mi presencia ausente en el plano asimétrico donde la sombra juega a inflamar vanidades. El yo que es y no es a capricho de un ángulo, a fuerza de dictámenes, a criterio de un astro que sabe que el futuro tiene los pies cortados, que se resiste a ser solo una pieza más de este delirio. Y sin embargo cumple con los planes propuestos ¿ Por la deidad suprema ? ¿ por el azar y el cosmos ? ¡ Qué fácil debería ser lo simple !