martes, 18 de noviembre de 2008










Me sorprende,
luminoso y oscuro,
el intervalo.
La distancia abismal
entre palabras,
el rubor de las hojas
heridas del otoño.

Me sorprende
la afilada caricia
de los vientos mestizos,
la lluvia impredecible
que acrecienta la hoguera.

Y siento a ras de suelo,
como inmóviles anclas,
los silogismos falsos
que otra vez me sugiere
la infinitud del tiempo.

lunes, 17 de noviembre de 2008


Las nubes
se persiguen
en un juego
frenético,
sin saber,
quizá
ni les
incumbe
que son
piezas
de un todo.

martes, 11 de noviembre de 2008



Poemas del tiempo en los principios


I

En ese instante mínimo,
cuando tú, sempiterna,
ni siquiera tú, existes

y manan de mis ojos
los humedales ocres,
refugio de cenizas,
que una vez fueron lágrimas,

fugaz , yo te imagino,
cordón umbilical,
puente colgante
entre un margen y el otro,
de nuestras circunstancias
opuestas por el vértice,
tumbadas en el tiempo.



II


Renuncio a la soberbia,
al presunto valor que me supones
y te muestro mi herida más profunda,
el deseo la infirió con alma blanca,

pero te niegas seca
a esas gotas minúsculas,
tozudas hacia el centro
oculto entre tus piernas

y los besos voraces
pisan charcos de lágrimas,
que insípidas resbalan,
amarillas, combadas por el tiempo



III



En circulares térmicas,
ascienden por los aires,
se engarzan, las palabras

y van tomando cuerpo,
concretándose en versos
esquivos a la métrica.

Bocanadas de humo,
opaco y cristalino,
contradicción remota
del tiempo en los principios.

domingo, 9 de noviembre de 2008





Jaén

Bochorno su almazara rebosa en el estío,
arriscada de nieves si enero viene frío,
estaca recta clavándose en los versos,
de San Juan de la Cruz y de Machado.

Tierra de promisión que no promete,
sereno su carácter, de seria no porfía.
Frontera, linde del ingenioso hidalgo,
amalgama de blancos ocres verdes
con nieblas cenitales que viven en la luz.

Negra y dorada Virgen de la Amargura,
Bailén, Linares, Martos, Úbeda, Baeza,
tras Peal, Sierras de Cazorla y de Segura.

Semana Santa, Beas, soldados, capuchinos,
redoble de tambores, aullido de cornetas,
la mano protectora de mi abuelo y la mía.

Alpechín de la muerte que le llevó temprano,
bajo esa sabia sombra de olivos infinitos,
ángeles jornaleros con mantas de diciembre
en la varea.

sábado, 8 de noviembre de 2008


Dulce,
como un sueño
de infancia,
sin límites
ni claúsulas,
sin reservas,
ni luegos,
sin condiciones
previas,
los labios
entornados
en ausencia
del tiempo,
así,amor,
así recuerdo
el beso.

La esquiva luz
jugando a despedirse
incrementa mis deudas
con el pasado efímero.

¿Cómo sucedió todo?
es lo que no sabré
por más que el cielo rojo
insista en su amenaza.

Mientras tanto la noche
despliega sus ejércitos.
Siento frío en las palabras.
Busco acomodo en ti,
duermo, callado,duermo.

jueves, 6 de noviembre de 2008


Cabalgo en el oscuro
por el borde acerado
de mi ausencia,
a la grupa
del tornillo sinfín
que me taladra
anegando los páramos
de hiel y de ceniza.


La llaga se hace inmensa,
no muestra sus confines
o un tragaluz siquiera
donde alumbre la lógica,
ni la razón, si existe, de lo estéril.


Dónde, dolor,
dónde olvidé el espejo
que protegía mi cárcel
de la mirada altiva de los otros,
del amor con desgana,
del silencio forzado de los muertos

Que cosa tan absurda es esto de mirar al mar en actitud medio contemplativa medio escrutadora ,como esperando a que vaya a salir algo del agua, cuando lo único que hay son olas y más olas que ni tan siquiera son capaces de tomar sus propias decisiones. Una más grande, otra más pequeña y cuatro besugos que las miramos ensimismados, porque si no lo haces así los otros pueden pensar que tienes la sensibilidad de un pedernal. Ahora viene una algo más alta pero para hacer lo mismo que todas: dar contra la escollera, hacer ruido, espuma y vuelta a empezar. Bueno la verdad es que esta parece bastante más grande que las otras, yo diría que mucho más grande…..si, enorme. ¡ Es inmensa , me largo ¡…………PRRRRRRRRRRROOOOOOOOOOOOOOOOMMMMMMMMMMM,SSSSSSSSSSSSSCCCCCCCCCCCCCCCCHHHHHHHHHHHHHHHHH
“¡ Qué cosa tan absurda es eso de mirar el mar ¡ “, oí que decían mis deudos.