viernes, 31 de octubre de 2008

Ahora ya todo es calma










De las severas formas
que anhelaba el delirio
en su noche quebrada
solamente los rastros
del humo y la ceniza
amanecieron vivos.

Lo que fue sinfín
milhoja de caricias
y luz sobre los cuerpos
girando las miradas
hacia el cono celeste
ya era solo una sombra..

Sobre ruinosas lágrimas,
los calcinados restos
de una pasión inerte
como vestigios mudos
del pretérito tiempo.

Ahora ya todo es calma.
cesaron los cañones
su incontenible vómito.
Los guerreros de antes
son cuerpos santuario
de la virtud impuesta.

Mis caballos alados
nadan en los maizales.

martes, 28 de octubre de 2008


No, no quiero hablar
hoy de incertidumbres.
El tiempo de la espera
acabó en mil pedazos.
La poesía psicoanaliza
a la literatura.
Las musas lanzan opas,
Polimnia compra Euterpe,
reparte dividendos
entre el accionariado.
La inspiración cotiza
muy por debajo
del valor nominal
y el ibis de los sueños
dicen creará el futuro.

No más admoniciones
que dispensado estoy
en la distancia.
Habré de abandonar
este placer oculto
de escribir a escondidas,
a la luz de los versos.

Fui del arco saeta,
eso es asunto mío,
como las cosas propias
que nunca se marcharon,
como este poema apócrifo
de íntima desnudez
donde nada se explica
del ser en su indigencia.

Hacia dentro,
solo queda
tu empeño
en mi vacío.
El silencio estridente
que aun aturde,
la llama extinta
del sagrado fuego.

Las profanadas tumbas
de los héroes
y la incógnita huella
de lo que ha de venir.


Hacia dentro,
mi amada,
aún persisten
tu olor y los jazmines.

Aquel, sin duda, fue un mal día


El alba ya vomita
su munición de almas
en las aceras frías
de esta asfaltada cárcel
sin muros ni adoquines
que arrojar al futuro.
Y pedir lo imposible
a esta fosa común
donde los vivos
se tapan con alcohol
para seguir muriendo.


Otro día justifica
como siempre el retraso.
Imposible llegar
sin el tiempo vencido.
Las n dimensiones
a esta hora se saturan
cualquiera que sea el Este.

Un relato brevérrimo






EL PROFESIONAL


Había estado esperando mucho tiempo. Llegué a temer que no pudiera ejecutar el trabajo, pero ahora , ya si , le tenía perfectamente centrado en la mira del teleobjetivo. Me gustaba esta situación de jugar con ventaja. Yo podía ver su rostro y él jamás atisbaría siquiera el mío. En cada uno de sus mínimos gestos , parecían interpretarse las razones de su inquietud durante el acto.

Los entorchados y cordones dorados de su guerrera , relucían como un reclamo visual perfecto. Era imposible fallar. Durante un instante , insuficiente para cuestionarme nada, sentí el mismo regusto amargo , ya monótono , de siempre.

Pero no me tembló el pulso. Llevé el dedo al disparador y suavemente lo accioné.

Cuatro días después acudí a la cita en el lugar convenido. La madre quedó muy satisfecha de lo “guapísimo que había sacado al niño en este día tan importante para él y para nosotros “.

Volví a contar el dinero mientras esperaba el ascensor.




Paco Montesinos, 16 de septiembre de 2008

lunes, 27 de octubre de 2008

Soneto a mi perro




Chufa

Impactaste de lleno en mis adentros,
bólido sideral, que el azar quiso
sin credencial alguna ni permiso,
fulminases rutinas, desencuentros.

Eres así el centro de los centros,
la luz cuando amanece, sal en guiso,
la vida entera en cuerpo tan conciso,
el fantasma que ahuyenta mis espectros.

Huracán desde el rabo hasta el hocico
que hieres con puñales de cariño,
para después curarme a lametones.

Nada puedo envidiar pues ya soy rico,
el adulto que fui maduró en niño,
no preciso al quererte más razones.

Un primer poema
























Siento hoy la sed espesa del arrepentimiento,
me ahoga el recuerdo y sangro luces.
Entre las manos de oración
surgen espinas y tu imagen se refleja,
nítida, sobre el estanque de ámbar.

Vacías de ti han quedado las cuencas
que un pretérito tiempo se gozaban,
contemplando el laberinto hostil de tu belleza.

Ateridos de ausencia, quebrados ya sus pies,
los versos van en torno a un nudo en la garganta,
en una letanía de hiel y desespero.

Nada puede cambiar lo que no sucedió.
Tal vez, desde el silencio azul,
vuelva a escuchar tus lágrimas.




Paco Montesinos 7 de octubre de 2008
En defensa del chocolate



Según un estudio aparecido en el último número de la prestigiosa revista "Ciencia infusa", el chocolate, no solo es bueno para la salud, sino que además está de rechupete.

En ese estudio llevado a cabo por los profesores Klaus Suchard y Fabricio Toblerone del Departamento de Zampología de La Universidad de Lindt, se comparó el número de fallecimientos durante el mes de diciembre de los últimos cinco años ocurridos entre la población humana, es decir , los hombres y mujeres, propia o mismamente dichos, con el número de fallecimientos en el mismo mes y periodo entre la población de langostinos.

El resultado no pudo ser más espectacular. El número de fallecimientos entre la población de langostinos era casi cien veces superior al de fallecimientos entre la población de personas humanas.

Al analizar en profundidad, cual podría ser la causa de tan enorme diferencia, los doctores Suchard y Toblerone, observaron que mientras entre los humanos era práctica bastante habitual la ingesta de chocolate como complemento a la dieta o como dieta propiamente dicha, caso de la subespecie Homo Golosus, por el contrario, ni uno solo de los langostinos fallecidos había probado en su vida el chocolate e incluso el 97,4% de los encuestados( langostinos vivos, se entiende) ni sabían, tan siquiera, qué narices era eso del chocolate.

Para contrastrar la hipótesis que se deducía inmediatamente de este experimento científico, que no es otra que el efecto prolongador de la esperanza de vida que al parecer tiene el consumo habitual de chocolate, se recurrió a compararlo con otro experimento similar llevado a cabo por los doctores Aldo Ferrero y Jacques Rocher del Instituto Politécnico de Kinder.

En este caso la variable estudiada fue también la mortalidad durante los meses de diciembre, pero en poblaciones de otras especies como el pavo, el cordero, el cochinillo, el besugo o la pularda. El resultado no ofreció lugar a dudas; las cifras de mortalidad en todas estas especies eran inmensamente más altas que las humanas, e igualmente, ninguna de estas especies animales, excluida la nuestra, como hemos repetido ya varias veces, consumía ni media onza de chocolate.

Estos estudios terminan de una vez por todas con la absurda polémica de si el chocolate es bueno o malo para la vida.

Queda definitivamente demostrado que el chocolate es bueno para la vida y también que el chocolate no engorda: engorda el que se lo toma...y en mi caso, ni eso.


Paco Montesinos, Vicepresidente del Club de Amigos del Cacao.

domingo, 26 de octubre de 2008

Primavera de Praga
















Las rosas jugaban,
como juegan todas las rosas,
a despeinar al viento
en esa primavera
de ajedrez ,
peones hombres.

Unos vestían la voz
y la palabra,
los otros la evidente razón
de los fusiles

Fue efímera aquella primavera,
cuando en lugar de rosas
llegaron a destiempo
las orugas.



Paco Montesinos 23 de octubre de 2008

viernes, 24 de octubre de 2008

Los agujeros negros











Se aleja el rayo
y queda la tormenta,
enjugando la miel
de las arañas.

Dices que no es igual
a nada antes ya visto,
pero por qué mentir,
si tu no has visto nada,
alada, blanca luz,
distante, a cada paso,
un infinito y medio.

Descarto tu mitad,
pues siendo nimia,
no la puedo eximir
de los raudales,
donde la prisa bebe
de tus manos de luna.

Y el tiempo es un insecto
que ultimando su esquela,
busca agónicamente
un gineceo propicio
a la fecunda empresa
de dejarse la vida.

Siempre es la misma eclíptica,
la que impide a los astros
saltarse la rutina,
y a despecho de órbitas,
escaparse algún viernes
a un agujero negro.



Paco Montesinos 4 de octubre de 2008

jueves, 23 de octubre de 2008

Viento de poniente




Hubieran sido, de ser,
los más bellos lapsos,
concebidos sin mácula,
del devenir poético
en tiempos de penuria.

Poco hubiese costado,
tal vez, una mentira,
en si nada piadosa
para haber puesto fin
a esta zozobra,
que me culpa , ¡ mea culpa ¡
a voz en cuello
de intransigente,
realista paranoico,
de no leer entre líneas,
pisar el horizonte
con los cuartos traseros
y fiel a mi soberbia
ver solo lo que existe.

Mas qué se puede hacer
ante la imagen táctil
de mil sardinas muertas,
dos mil kilos de plásticos,
cucarachas de fuel,
tres alpargatas,
algunas chanclas cojas,
solo ya pares sueltos
botellas sin mensaje
salvo el de la etiqueta
y el borde donde alcanzan
las macilentas olas,
más bien las oleadas
de incontables cadáveres
lo define una línea
de inmundicia amarilla.

Acudo al día siguiente
a enterrar mi esperanza,
e incrédula sorpresa,
nada en ti permanece,
hundo mis manos rotas
en tu arena sagrada
y emergen redimidas
por la unción del salitre.

Hermoso como nunca,
eterno como siempre,
te inquiero y me respondes:
solo fue la resaca
de una noche a poniente.




Paco Montesinos 24 de septiembre de 2008.